Bush o Kerry. Mientras una moneda con estas dos caras está dando ahora sus últimas vueltas en el aire, los astrólogos calculan a toda prisa para prometer un ganador antes de que las urnas dejen bocarriba el rostro elegido para ocupar la presidencia de los Estados Unidos en los próximos cuatro años.
De pronósticos hay para todos los gustos. Raymond Merriman, pongo por caso, astrólogo especializado en mercados financieros, sostiene que el ganador será Bush. Su predicción la apoya en el hecho que Saturno se halla en Cáncer, posición planetaria que provoca en el colectivo un énfasis en la seguridad (Saturno) de la nación (Cáncer). A este factor le suma la circunstancia que hoy, el día de la votación, la Luna, símbolo del colectivo, también se halla en Cáncer, circunstancia que, traducida para los legos en astrología, significa que las emociones, el miedo de manera especial, y no la razón, ejercerán una poderosa influencia en el pueblo a la hora de ejercer su derecho al voto. Y si el miedo vota, gana Bush.
No es de la misma opinión Nancy sinapellido, una astróloga que tras un exhaustivo estudio de las cartas natales de ambos candidatos y la de la nación, muestra aquí con un inquebrantable convencimiento que el próximo presidente será John Kerry.
Mi opinión es que esta clase de acontecimientos, donde la decisión final corresponde al colectivo, son imposibles de predecir. Por más vueltas que le demos a los tránsitos y progresiones sobre los planetas natales de los aspirantes, ellos no nos revelan, salvo las direcciones primarias y lo digo con la boca muy pequeña, los acontecimientos futuros, sino de qué manera esos acontecimientos nos afectan, que es muy diferente.
Y lo digo yo, que con absoluta desfachatez abrí esta página para jugar a predecir ganadores en competiciones deportivas. Pero para eso está el deporte, para jugar, aunque sea astrológicamente. Por cierto, hoy Barça-Milán. No hay mal que por bien no venga. La Luna, hoy en Cáncer, para Merriman puede simbolizar una victoria emocional de Bush en Estados Unidos, pero también podría simbolizar que el Barça no va a perder. Luna y Venus, con el gran poder que les otorga estar ubicados en sus donicilios, encarnan, por el mismo orden mencionado, al equipo local y a su juego. El Milan, mientras, tendrá que lidiar con los absurdamente aún considerados maléficos, Saturno y Marte. Un astrólogo horario sentenciaría que será la estrella del Barça la que brillará esta noche con mayor intensidad. Bendito.