16 de Agosto 2005

El sabio


Si piensan que ha trabajado duro, pronto le llegará la recompensa. Mas si creen, en cambio, que se ha dormido en los laureles, ha llegado la hora del cambio de tercio. Estoy hablando de Luís Aragonés (28-7-1938, Madrid) un Leo orgulloso que desde hace un par de meses tiene a Saturno llamando a la puerta de su Sol.

“Reconocimiento”, “responsabilidad”, “autoridad” , palabras que el Señor planetario del Anillo reparte a menudo, sin generosidad , podrían deletrearse durante el próximo año en el pie de la imagen, impresa o televisada, del seleccionador nacional . Usamos el tiempo condicional, el preferido de los astrólogos, porque en realidad no sabemos nada. Esto no es un abracadabra, y qué te creías. Y más si desconoces la hora de nacimiento, como es el caso. Lo máximo: un esbozo en blanco y negro de la hondura psicológica del personaje en cuestión.



Por ejemplo, y a trazo grueso: la ausencia del elemento aire en la carta de Luís podría llevarnos a afirmar que no medita en exceso los asuntos que su vida lleva entre manos. Craso error, la carencia de un elemento significa en muchos casos lo contrario, su presencia excesiva sin ningún planeta que coordine un correcto acomodo en la conciencia. En Luís, Mercurio en Virgo tiende a cambiar de sitio los muebles de la azotea del pensamiento. Para decirlo rápido y sin adornos: a comerse el tarro. Más subrayados: la contradicción entre el alto voltaje de la conjunción Marte-Plutón y la dulzura de Venus conjunto Neptuno; tengo una metáfora en el bolsillo para esto: el verdugo y la víctima reunidos bajo el mismo techo estrellado. ¿Y qué decir de ese Sol en Leo sin aspectos mayores que adjetiven su llama? Algo cierto podemos afirmar sobre sus emociones: Luís Aragonés ha firmado un pacto con la complicación del “a veces”. Porque “a veces” es generoso y expansivo, “a veces” es reservado y frío, “a veces” es individualista y demasiado independiente. Sólo “un sabio de Hortaleza” podría hallar la solución de esa contradictoria ecuación de sentimientos.

El futuro más próximo del seleccionador nacional lleva la firma de la responsabilidad de Saturno y del optimismo de Júpiter. Que en estos últimos meses Luís ha visto miles de partidos con el fin de aprenderse de memoria las tácticas de sus rivales, que ha viajado miles de kilómetros para seguir de cerca la evolución de los candidatos a jugar con la selección; pues enhorabuena, porque Saturno acaba de llegar para concederle el premio del reconocimiento público. Que no ha hecho nada, dices. Pues entre ahora y mediados del próximo año le llegará la hora del adiós. Más no puedo decir. Esto no es abracadabra, y qué te creías.


<__trans phrase="Posted by"> Xavier Pedrol <__trans phrase="at"> 6:32 PM | <__trans phrase="Comments"> (0)