16 de Febrero 2005
Reyes en la niebla
El engaño es el arma de mayor calibre de Neptuno. Y si no que se lo pregunten a Reyes, un talentoso delantero centro andaluz que juega en el Arsenal inglés, a quien un embaucador radiofónico, imitando la voz de Butrageño, le arrancó la confesión de que no era feliz en Londres, y que su máxima ilusión -neptuniana, por supuesto- era jugar en el Real Madrid.
La permuta del sol de Sevilla por la niebla de Londres, recién estrenado el 2004, resultó la conversión en un hecho real de la metáfora que Neptuno en tránsito escribía entonces en la biografía de Reyes mientras se oponía a su Marte natal. Su marcha a la Premier League no fue sólo un sacrificio cocinado por una deidad marina, sino también el cumplimiento de una promesa de Plutón, a su Marte y Venus progresados, de militar en un club del club de los poderosos, y del brote de un deseo de aventura que Júpiter plantó meses atrás conjunto al jardín de su Sol natal.
Reyes (1/09/1983) nació rodeado de fuego en la tierra de Virgo. Es rebelde por denominación de origen Urano, y cuando se hace valer busca el espectáculo: puro teatro leonino. El modesto y servicial Virgo comparte habitación en su cerebro con el siempre encantado de haberse conocido como Leo. Nada que ver, en fin.
Mientras Neptuno dicta a un imitador de voces de la radio su carta de despedida al Marte natal de Reyes, el imprevisible Urano está aporreando la puerta de entrada a la conciencia del jugador. Cuando logre echarla abajo, en septiembre de este año a más tardar, que nadie le hable al andaluz de contratos firmados y compromisos adquiridos.
Convertir su ilusión de jugar en el Real Madrid en una realidad será la mejor causa que Reyes encontrará entonces para llenar el depósito de su innato sentimiento de rebeldía y, seguramente, redactará con sus botas en el cuero del balón una encendida apología del individualismo. A corto plazo, que señale con lápiz rojo en su calendario particular los días del 7 al 10 de abril, pues se anuncian estresantes y con riesgo de cometer o ser víctima de acciones violentas. Prudencia, que la niebla de Londres se disipará pronto dando paso a la luz limpia de un sol como el que le ilusiona. Del sur.
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